
Estudios actuales revelan que el 50% de los niños que necesitan gafas no las utilizan por desconocimiento de sus padres
El fracaso escolar, se relaciona estrechamente con la existencia de dificultades visuales: uno de cada tres casos de fracaso escolar, está relacionado con problemas de visión. Esto se debe a que gran parte de la información se recibe por la vista y al tener dificultades el estudiante se cansa, teniendo una repercusión directa en el aprendizaje, atención y concentración.
Los síntomas de un problema de visión en época escolar son:
- Bajo rendimiento.
- Poca o mala coordinación ojo-mano.
- Fatiga visual.
- Visión borrosa.
- Salirse de los espacios a la hora de colorear.
- Baja concentración y poca comprensión lectora.
- Lectura lenta y guiada por el dedo.
- Poca distancia a la hora de leer, hacer tareas…
Se aconseja acudir al óptico si creemos que el niño tiene problemas visuales o presenta algún síntoma de los arriba indicados; además, se aconseja realizar una serie de revisiones rutinarias:
- En el primer mes de vida, para descartar problemas oculares o malformaciones congénitas.
- Con 6 meses, para diagnosticar la existencia de estrabismo.
- A los 18 meses, para comprobar si hay evidencia de miopía, hipermetropía y/o astigmatismo.
- Cada 2 años, mientras se tenga edad pediátrica (14 años).
Se recomienda además el chequeo de la visión al menos una vez entre los 3 y 5 años para detectar la existencia ambliopía u ojo vago.
Todas estas medidas, se hacen necesarias por dos motivos: para procurar a los más pequeños la mejor salud oftalmológica posible y evitar problemas derivados de una insuficiente salud ocular, por un lado; y por otro lado, para evitar que se den casos de fracaso escoler derivados de problemas en la visión.
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