Con los consejos de tu nutricionista podrás aprender a comer de forma saludable según tu estilo de vida.
Alcanzar un peso saludable sin contar calorías es posible. Se puede lograr con el asesoramiento y seguimiento de un profesional de la alimentación.
Ponerte en manos de un nutricionista es invertir en salud. Una dieta adecuada puede prevenir las llamadas “enfermedades de la civilización”. Estas son la hipertensión, diabetes, ciertos tipos de cáncer o las enfermedades cardiovasculares.
En la primera consulta el nutricionista te hará un análisis completo: medirá tu Índice de Masa Corporal (IMC), la más grasa, el tipo de metabolismo, la retención de líquidos… Con este diagnóstico personalizado podrán fijar un objetivo conjunto y darte todos los pasos a seguir para que lo logres, antes de la siguiente cita.
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Además de un cuidado individualizado durante las semanas que dure las pautas nutricionales; acudir a un nutricionista te enseñará a comer sano y variado de forma fácil. Tu paladar se reeducará a sabores más naturales y comenzará a discriminar los condimentos químicos o exceso de azúcar en alimentos donde antes no lo notabas.
Nutricionista para los más pequeños de la casa:
Los más peques de la familia también deben ponerse en manos de un nutricionista si lo necesitan. Los niños con obesidad tienen más probabilidades de desarrollar algunos problemas de salud en la edad adulta: cardiopatías, resistencia a la insulina, trastornos osteomusculares o algunos tipos de cáncer (como el de colon o mama).
En los países en desarrollo con economías emergentes (clasificados por el Banco Mundial como países de ingresos bajos y medianos) la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil entre los niños en edad preescolar supera el 30%.
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